viernes, 11 de enero de 2008

LOS DESEOS Y LA CULTURA OCCIDENTAL

En El Colegio Invisible se dice mucho el pensamiento de los grandes iniciados de todos los tiempos y civilizaciones. Todo ellos, por el grado de avance y comprensión espiritual que llegaron a tener, entendieron y comunicaron por medios simbólicos las grandes verdades de Dios y del Universo.
Una de las grandes verdades es que el hombre vive atrapado en su cuerpo material, es decir, atrapado en su cuerpo de deseos. El proceso de deslindarse de él es también el de crecer y desarrollarse espiritualmente.
A nadie cuesta más que a aquel que mucho desea, dijo magistralmente Santiago Ramón y Cajal; pero él solo dice la sabiduría de los grandes iniciados, la reproduce como nosotros hacemos aqui.
Además, esa es una gran verdad: mientras más deseamos los bienes materiales, más nos cuestan. Y muchos, más que desear, ambicionan, que es peor.
Lo contrario sería asumir una acción motivada por la sabiduría: no desear y no ambicionar, lo cual no significa -en los extremos- no fijarse metas en la vida y vivir retirados del mundo en el que irremediablemente hemos sido colocados.
En fin, iniciamos el año, y en nuestras culturas occidentales lo común es desear los bienes materiales; los que la mercadotecnia y el consumismo dictan como sus valores esenciales y que tanto nos prolijan.
Pero el hombre "apartado" debería pensar en los bienes que provienen desde dentro del Ser, y esos bienes nos harían entender de mejor manera nuestra razón de ser en el mundo.

En fin.

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