miércoles, 13 de febrero de 2008

LOS DOCTOS

En las ciencias, en la filosofía, en la academia universitaria, en las fraternidades filosóficas que pugnan por el crecimiento del hombre de manera integral, en la política y en todos los campos de la actividad humana sobresalen los leguleyos, los doctos, los lenguas largas y los sabiondos.
Unos, aunténticos paranoicos, dicen ser todo y haber estado en todo; otros, pontifican y sostienen tesis y afirmaciones fantásticas y absurdas.

Muy pocos oradores y comentaristas (por ejemplo en los talleres de El Colegio) son lo suficientemente sabios para asumir una conducta humilde y precavida cada vez que hacen uso de la palabra. Nunca dicen, por ejemplo, "a mi me parece", "yo sostengo", "pienso que", etc.

No. Lo que hacen es sostener, afirmar y pontificar cual sabios infalibles. Bien dice el decir que "los sabios callan, pero los tontos -y además necios- gritan".

Pero Aristóteles (384 AC-322 AC) lo dijo mejor:


El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.

Y así pensamos en El Colegio Invisible...


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