miércoles, 19 de diciembre de 2007

¿Y DÓNDE ESTA EL FESTEJADO?

La Natividad del Señor da pie a excesos. Las familias mexicanas (y quizá de otras tierras), guiadas por un catolicismo devocional y fincado en supersticiones, asume la Navidad como espacio de fiesta, consumismo, superficialidad, materialismo y falsedad. La hipocrecía salta a la vista con los múltiples y obligados ¡Feliz Navidad! dichos de boca para fuera pero sin experimentar ni la dicha ni el gozo de la Palabra del Señor. La Cena de Navidad en las familias, si hay dinero y abundancia, gira en torno al placer, los vinos, los whiskys y la francachela. El día 25 es un día de resacas etílicas y morales; mucho dinero se va en regalos de oficio, de obligación. Los intercambios en las oficinas, en las escuelas y durante la Noche Buena son ocasión de gastos y endeudamientos que luego, durante el mes de enero, muchas personas lamentan. Las tarjetas de crédito se vuelven dolorosas por su pesada carga, y todo por "la Navidad". Pero, ¿qué significa la Navidad?
La verdadera Navidad, según entendemos en El Colegio Invisible, es una FIESTA espiritual de gozo sublime por el advenimiento de Jesus, hijo de Dios, quien ha venido para darnos vida eterna y el perdón de nuestros pecados por medio de su sacrificio en cuerpo y sangre. No es para dar rienda suelta a los excesos en el consumo de todo, sino para alegrarnos en espíritu y en verdad por la Gracia del Señor, por recibirnos en Su seno para vivir en paz, juntos y en armonía...
Pero en todo esto, vale, en estas fechas de adviento, prenavideñas y navideñas, preguntarnos:
¿Y dónde esta el festejado?, ¿acaso lo invitamos a las fiestas celebradas en
Su Nombre?, ¿esta Él presente en nuestro ánimo, sentimiento y pensamiento?

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