sábado, 22 de septiembre de 2007

LOS AMIGOS

Dice el proverbio turco:
"El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos".
La condición del hombre es la imperfección. Si fuesemos perfectos, seríamos también infelices. Lo mismo, y más quizá, ocurre con el amor, ya con el hombre, ya con la mujer. Amar es aceptar al otro como es.
¿Qué nos hace verdaderamente hombres?
No es la condición de la valentía, ni la osadía, sino la facultad de vernos a nosotros mismos en un espejo imaginario y llegar a la conclusión de que tenemos grandes cosas en las que debemos poner nuestra atención para ser cada día mejores.
Eliminar las asperezas -propias de la piedra bruta- y buscar (solo buscar) la perfección de la piedra cúbica es, en mucho, la razón de nuestras vidas. Pero la perfección es eso, una luz del faro que nos guía pero que nunca alcanzamos, y cuando la alcanzamos, morimos.
Por eso, buscar en los demás la perfección de la que nosotros carecemos es una locura y un acto de la más acabada soberbia.
La amistad es, como decía Hubbard, algo que se logra a pesar de lo que somos. Un amigo, decía él, "es uno que lo sabe todo de tí y a pesar de ello te quiere".
Vaya enseñanza de los caballeros de El Colegio Invisible.

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