Muchos conocen, y estudian más solo para "conocer" más. Saben definir, clasificar, enumerar, describir, razonar y argumentar con elegancia y agudeza. Memorizan cuanto leen y leen cuanto pueden repetir, ya para ostentar o ya para dominar a los demás.
Nunca el conocimiento es legítimo si no es para aplicarlo en bien de los demás, de la humanidad.
Un sector importante del El Colegio sostiene que la misión del hombre en la tierra es "hallar la verdad y proclamarla al Universo", y ese logro define su condición divina porque el Supremo Artífice del Universo le creó para pensar, sentir y amar. Otro sector del mismo Colegio afirma que su labor esta dedicada "al triunfo de la verdad y al progreso del género humano".
Otros más quieren poner "Orden en el Caos". Todos los colegas -miembros de El Colegio- andan en lo mismo.
Pero no hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir.
Eso dicen los alumnos de El Colegio Invisible.
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