viernes, 7 de septiembre de 2007

¡YO QUIERO SER ...!

EL CARGO QUE SE NOS CONFIERE ES, SIN DUDA, UNA SERVIDUMBRE QUE SE NOS IMPONE.
La mayoría de los seres humanos aspiran (aspiramos) a cargos dentro de las organizaciones. Ambicionan (ambicionamos) un puesto, un título, una prebenda. Pero casi todos dejamos de lado la importancia, y al mismo tiempo la responsabilidad que implica ocuparlo. Ocupar un puesto de dirección en cualquier lado -el Estado, la empresa, las organizaciones no lucrativas, las fraternidades- constituye sin duda una oportunidad de servir y no la ocasión de servirse de él. Pero muchos individuos esto no lo comprenden; la idea del servicio suele estar ausente de sus mentes y todos quieren el cargo o puesto solo para sentir la experiencia del poder, del mando o de la autoridad. Desean los puestos para poder ser admirados, reconocidos y regularmente adulados. Nadie entiende el puesto como la servidumbre que adquirimos y que consiste, ciertamente, en SERVIR A LOS DEMÁS...
¿Cómo hacer entender a las personas este principio? En El Colegio Invisible se enseña que para poder mandar, antes es preciso aprender a obedecer.

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