viernes, 7 de septiembre de 2007

EL COLEGIO INVISIBLE

En la tradición del Arte Real, le debemos a Robert Lomas -investigador y masón británico- la puesta en flor del asunto. No es que no se conociera la existencia de El Colegio Invisible, pero se ha hecho más que famoso el hecho de que la Royal Society (Real Sociedad) tuvo sus orígenes en la inquietud y anhelo de un grupo de masones no operativos del siglo XVII inglés que pensaron que la ciencia debía florecer por el bien del saber mismo, pero también por la nacesidad de dotar a Inglaterra del conocimiento y la tecnología necesarias para defenderse del mundo y apuntalar así su desarrollo.
En aquéllos ayeres se sabía ya que la pólvora, por ejemplo, le había dotado a China cierta preeminencia militar, y con ella la comercial y el poderío natural que de todo esto se deriva. Arquímdes había logrado proezas con las matemáticas, y con su genio había ideado máquinas y artificios que significaron para Atenas la capacidad de defenderse de sus enemigos cercanos. La tecnología militar -el fuego griego y las catapultas- ha sido sin duda el motor y aliciente del desarrollo del conocimiento científico. No es agradable decirlo, pero saberlo es indispensable. Pero no solo la guerra se ha beneficiado de ello, pues también la ingeniería civil ha visto los disfrutes del saber proveniente de la ciencia. No se diga de Leonardo, quién ideó sus no menos elaborados y geniales artificios al servicio de los poderosos de la época.

Muchas de esas ideas han sido probadas y constituyen una realidad del mundo que vivimos. Esa fue la lógica de los masones que, al decir de R. Lomas, les impulsó a crear las bases de la Real Sociedad, y una de ellas, sólida sin duda, fue El Colegio Invisible.

Crane, D. (1972) en su Invisible Colleges of Knowledge in Cientific Communities, nos dice que "los "colegios invisibles" son grupos informales de científicos que se interesan por un tema determinado e intercambian información y trabajos sobre el mismo. La socióloga Diana Crane estudió los patrones de comunicación y trabajo en el mundo de la ciencia y descubrió que, normalmente, el número de científicos que trabajan en una línea determinada de investigación es realmente pequeño. Según Crane los científicos que en todo el mundo investigan en un tema concreto suelen conocerse entre sí, y están al corriente de sus trabajos respectivos. Forman las también denominadas "tribus académicas", nadie las ve, no están registradas, no aparecen en el directorio telefónico, carecen de domicilio social y existen virtualmente reconociéndose sus miembros entre ellos. Los Invisible Colleges constituyen auténticas fraternidades de apoyo mutuo y comparten los alcances de los esfuerzos individuales con una clara conciencia: contribuir a la construcción de los conocimientos derivados de la ciencia y apoyar el crecimiento y desarrollo de ésta.

Los investigadores que trabajan en un área determinada a menudo intercambian, incluso, propuestas de investigación y versiones previas de los trabajos, antes de que se den a conocer por otros canales más formales como pueden ser las revistas especializadas. Los congresos y reuniones académicas desempeñan también un papel importante en los procesos de comunicación en ciencia en la medida en que ayudan a la difusión de versiones preliminares de trabajos de investigación y favorecen su análisis y crítica de los mismos por otros investigadores. Además, este tipo de eventos contribuye al intercambio de puntos de vista y al establecimiento de contactos y redes de colaboración entre los científicos que pertenecen al mismo Colegio Invisible. Así las cosas, este Blog constituye un tributo al trabajo de los Colegios Invisibles, pero de modo muy concreto, intenta rescatar las bases espirituales, esotéricas y místicas, no de la ciencia en sí, pero si de sus autores y protagonistas históricos, seres humanos con cerebro dispuesto al trabajo del lado racional de la vida, pero que no dejaron de lado el punto de vista espiritual de la realidad. Hoy se dice y afirma: el lado izquierdo y el lado derecho del cerebro. ¿Quién puede negarle a Newton, por ejemplo, sus preocupaciones e indagaciones (poco conocidas) en el mundo de los grandes misterios de la vida? Y Así como él, muchos científicos más. Ya hablaremos de ellos.

Por lo pronto, estas son las bases de la mística iniciática de El Colegio Invisible.

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