jueves, 22 de noviembre de 2007

ACTITUD, ACTITUD, ACTITUD

La actitud, dicen los psicólogos, es distinta del comportamiento. Éste es la expresión, es decir, la conducta visible, aquélla es la base que respalda la forma en cómo actuamos. Tiene la actitud, dicen los expertos -Lickert, Thurstone, entre otros- tres componentes, uno cognitivo (lo que sabemos o creemos acerca de algo), otro afectivo (lo que sentimos, las emociones) y otro componente propiamente comportamental (la manera como actuamos).
Los tres influyen en el comportamiento final. Así, las actitudes son como resortes, esto es, como verdaderas predisposiciones que todos tenemos hacia "algo", y que definitivamente nos hace actuar de una u otra manera.

El hombre creyente sabe que debe amar a Dios tan intensamente como a su prójimo; esto supone amarse a sí mismo y, además, entabla la necesidad de dedicar a los demás el afecto, el aprecio y la disposición de servirles.

Por eso, Luis Vives, el pensador español, sostiene que:


"No hay cosa, por fácil que sea, que no la haga difícil la mala
gana."

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