miércoles, 21 de noviembre de 2007

SUFRIR PARA APRENDER...

La vida hace al hombre. La vida nos golpea, nos trae llorando, nos hace vivir llorando y nos hace terminar llorando. La vida enseña. Dice Fenelón que "EI que no ha sufrido no sabe nada; no conoce ni el bien ni el mal; ni conoce a los hombres ni se conoce a sí mismo".
Parece que el espíritu del hombre contemporáneo vive en constante tribulación porque no alcanza a comprender que lo que le sucede "siempre es lo mejor".
Sé siempre contento con todo, de todo y para todo, dicen los maestros de El Colegio Invisible.
Pero la voz más inspirada de todas, la del Apóstol Pablo -porque Dios pone en su boca verdad y sabiduría, por Cristo, Jesús- nos dice en Corintios (1, 4:16-17):

"... aunque se va desgastando nuestro hombre exterior, el interior, sin
embargo, se va renovando día en día. Porque nuestra momentánea y leve
tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que
incomparable".

Así que no desmayéis... la vida es dura pero enseña, y si, en efecto: hay que vivir para aprender... no hay de otra. Pero con la Luz del Señor, con su guía y amor, vamos saliendo adelante.


No hay comentarios: