sábado, 17 de noviembre de 2007

LA ÉTICA DE LOS MEDIOS

Si el fin justifica los medios, como expresa la sentencia jesuita, entonces poco tenemos que hacer los hombres en materia de moralidad y buena conducta.
Los tiempos que vivimos, según bien expresa Albert Eistein -maestrazo de El Colegio Invisible- se caracterizan porque el hombre ha perdido los rumbos y los caminos iluminados por la Luz de la Divinidad.
Dios grabó en la conciencia de los hombres los principios elementales del Deber y del Derecho para que los observemos y vivamos bien, es decir, para que vivamos juntos en armonía. Los Mandamientos no son sino eso, los preceptos supremos que han de guiar la conducta de los hombres para honrar la Palabra Divina y vivir en paz.
En mi opinón, dice el extraordinario Einstein, "son características de nuestra época la perfección de medios y la confusión de fines".
¿Qué debemos privilegiar, los medios o los fines?
Las éticas utilitaristas ponen énfasis en los fines y las éticas del deber en los medios.
¿Y entonces?

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