jueves, 25 de octubre de 2007

EL TRABAJO

Los maestros de El Colegio Invisible enseñan que el trabajo es la única fuente legítima de toda riqueza. Y un proverbio inglés señala que el perezoso considera y califica como suerte el éxito del trabajador.
Entonces, se asume que la suerte es lo que distingue a las personas de éxito, y no el mérito propio, mucho menos el esfuerzo y el trabajo fecundo y creador, así como las competencias y habilidades adquiridas con la experiencia y, sobre todo, con el estudio y la preparación.
Pero existen muchas ideas tontas respecto de la suerte. Por ejemplo, en España suele decirse que más vale una cuchara de suerte que una olla de sabiduría. Ideas como esta no hacen sino minusvalorar el mérito, que es lo único que distingue al hombre en el banquete de la vida.
Empero, no viene mal distinguir tres clases de trabajo:
  • El que nos aproxima a satisfacer las necesidades de la vida, en lo personal y familiar y de conformidad con lo justo y necesario.
  • El que nos conduce a la acumulación desmedida y ambiciosa de riquezas. Trabajo que termina por hacernos profundamente infelices.
  • El que nos lleva al perfeccionamiento interior por medio de la operación interna y a través la fe en el Señor.

Los dos primeros son trabajos materiales; no están mal, pero no lo son todo. El tercero es el más importante, pues es el único que le da sentido a nuestras vidas. Esto es lo que dicen los maestros de El Colegio.

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